No existe una forma más sencilla y económica de refrescar las habitaciones que añadiéndole una nueva capa de pintura.
Preparar la superficie:
Un trabajo de pintura de éxito inicia con la preparación de la superficie que se va a pintar, raspar, lijar, parchar y rellenar todos aquellos agujeros, grietas, abolladuras e imperfecciones que existan en la superficie.
Utilizar imprimación:
En caso de que exista algún problema con la pared, o necesitas cubrir una superficie desafiante, es importante aplicar una capa de sellador antes de pintar.
El techo:
Es necesario comenzar pintando el techo, continuar con las paredes y por último se deben pintar los marcos, puertas o ventanas, la regla de pintura indica que hay que comenzar de arriba hacia abajo.
Paredes:
Al momento de pintar las paredes es importante tener en cuenta que la pintura debe aplicarse de arriba hacia abajo. Es aconsejable pintar por secciones de 60×60 centímetros, esta técnica ayudará a esparcir mejor la pintura por toda la superficie, además te permitirá ir controlando que algunas zonas queden con hueco o con pintura acumulada.
Marcos, puertas y ventanas:
Una vez que la pintura del techo y las paredes se encuentre seca, es momento de pintar los marcos de las puertas y las ventanas. Haz uso de brochas pequeñas o pinceles.
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